La idea es andar por la zona sur de La Almunia y Cariñena, aquí el paisaje desértico que encontramos al sur de la ciudad de Zaragoza, da paso a los bosques de pinos, las coscojas, los almendros y las viñas.
28 de febrero, Aguarón
Debido a determinados compromisos, no podemos alargarnos demasiado con la ruta de hoy, así que preparamos una pequeña ruta de 20 kilómetros. El recorrido comienza cerca de la localidad de Aguarón , en el santuario de Nuestra Sra. de las Viñas (nombre muy acertado teniendo en cuenta la zona en la que nos encontramos) y asciende entre pinos hacia las antenas de Valdemar. Al principio transitamos por pista y cuando esta acaba tomamos una senda que nos llevará en ascenso hacia la zona de las citadas antenas, dicha senda es entretenida y , excepto dos escalones que nos parecen insuperables de subida, es totalmente ciclable. En esta zona los pinos han desaparecido y el bosque bajo de coscojas toma el relevo.
Una vez llegados al punto más alto de la ruta, descendemos por la entretenida senda de la Nevera, está totalmente rodeada de vegetación y en algún punto echamos de menos nuestros antiguos manillares estrechos... De todas formas el camino está limpio y disfrutamos muchísimo de la bajada.
Una vez terminada la senda volvemos enseguida a la pista por la que habíamos comenzado la ruta, en esta ocasión tomamos un cruce un poco más adelante para llegar a nuestro punto de partida por otro lado.
Tras toda la ruta amenazando, por fín el cielo se suelta y nos regala una granizada de aquí te espero, así que aceleramos el ritmo para llegar cuanto antes a la furgo.
Hoy tenemos más tiempo, así que decidimos hacer una ruta más larga. Tras buscar durante un rato, encontramos una ruta que discurre por dos de las mejores sendas de la zona, la Senda de la Tía y la de La Lechera, así que no hay duda, esa es la que haremos.
La ruta comienza en la localidad de Alpartir , tomamos la senda de la Reguera hasta la Pasadilla, ya por pista iremos hacia la erilla, pero antes , en el barranco de Valdedurán, giramos a la derecha por unas rampas bastante fuertes que nos llevarán hasta el Buitre. Por la senda del mismo nombre bajamos por una fuerte pendiente hasta enlazar con la pista que sube hacia la Nevera, una vez llego abajo Ana me dice que había estado desgañitándose para avisarme de que bajara el sillín, pepeperdón pero no te había oído...
Tras un rato cruzamos por el collado de Valdecristina y más adelante dejamos a un lado el alto de la Nevera, estamos en el mirador de la Tía. Aquí empieza la primera bajada del día: la senda de la Tía, es muy similar a la de la Nevera que hicimos el otro día, pero mejor, más larga, con mejores curvas y con algún tramo con algo de piedra que siempre le da un punto al tema, más si cabe si los días anteriores ha estado lloviendo y las piedras están mojadas, como es el caso.
Una vez terminada la senda llegamos a una pista que nos suena, claro! es la misma pista por la que subimos en la ruta anterior! está bien porque estamos en terreno conocido, pero mal porque sabemos lo que nos queda....
En una curva a izquierdas dejamos el camino conocido y tomamos una pista que va la derecha y que más adelante empalma con la senda de la Lechera, esta senda empieza en ascenso entre pinos y nos regala unas vistas espectaculares de los llanos que tenemos al norte, al fondo se ve el Pirineo. Una vez en el recinto vallado de Benedi (menudo vallado, parece la frontera de EEUU con México, bueno, no sé qué digo, por aquí tampoco es que se corten mucho con la que hay con Marruecos...).
Desde aquí la senda empieza empieza a bajar, al principio hay algún sube-baja, pero más adelante baja y baja hasta el valle de Tiernas, qué bajadón! madre mía! rápida, con buenas curvas, piedras (esta vez secas :-))..., un diez!
Ya en el fondo del valle, empalmamos con la senda de Mosomero, que discurre por el margen de un arroyo y nos lleva hasta empalmar con la pista del inicio de la ruta, tras unos 40 kilómetros de ruta y entre los almendros en flor, llegamos a Alpartir. Dicha senda tiene un tramo muy interesante al final que discurre por el lecho rocoso de un río, aquí hemos dejado deberes para la siguiente vez, la mayoría de los pasos han salido, pero había uno encajonado, con las piedras muy mojadas que aún habiéndole dado un par de veces no ha salido, volveremos! (espepepero que las piedras estén más secas para entonces...:-)).