Ortzilin arratsaldean joan ginen Eliasen etxera bizikletak furgonetan sartzeko, horrela laruntin lana hori egina izango genuen. Dena prest utzi eta goizko 5etan geratu ginen gasolindegin. Horrela 8ak aldera Ainsara ailegatuko ginen, eta horrela izan zen, laruntin goizko 5etan Unai, Joxemi, Javier, Elias eta ni elkartu ginen eta zuzenean Ainsa-ra. 8ak aldera ailegatu, zapatilak eta kaskoa jarri eta MARTXA!!
VUELTA A LA PEÑA MONTAÑESA DESDE AINSA
Son las 8:30 pasadas cuando nos ponemos en marcha, hoy va a ser un día largo, el rutómetro indica 77km y cerca de 2500 metros de desnivel positivo, encima han dado temperaturas altas, a ver si llego…
Arrancamos desde el Mesón de L’Ainsa, cruzando el pueblo y siguiendo las marcas del centro BTT, ya que uniremos la ruta 2 con la ruta 7, y el camino hasta Oncins está balizado, cosa que se agradece porque te puedes olvidar de ir mirando el GPS.
En cuanto abandonamos el asfalto empieza el camino de verdad, como aperitivo de lo que tendremos durante el día. Son caminos de marga rota y caliza pirenaica mezclados en algunos sitios con tierra dura. Casi todo el inicio es sendero, primero por el cauce de un río casi seco y posteriormente nos adentramos en zona más boscosa, con grandes rocas y senderos difícilmente ciclables, excepto para ET y su tanqueta verde…
Dejamos el sendero y empalmamos con la carretera que, pasando por Los Molinos y El Piano, nos deja en Oncins, bajo la impresionante mirada de la Peña Montañesa. Primera fuente del día y primer llenazo de camelback y botellín. Algo de comer y abandonamos la ruta 7 para iniciar la 2. Aquí se acaba el balizamiento y en los cruces tiramos de GPS.
Continuamos por la derecha, camino del Monasterio de San Victorián, donde acaba la zona de cemento y empiezan pistas y senderos, más pista que senderos, pero por ahora es lo que toca hasta que pasamos Atiart y llegamos a La Cabezonada, donde toca bajar una pista que acaba en la carretera N260. Hace mucho calor y la carretera está caliente, las ruedas se pegan y se hace largo el camino hasta Foradada del Toscar (dónde íbamos a parar a comer algo… pero donde al final no paramos, eh Josemi??), largo pero necesario, no hay forma de salvar este tramo.
En Foradada dejamos la carretera y nos metemos por pistas pedregosas, con escaso arbolado, por las que toca subir un rato para enlazar tramos de bajada por senderos sombríos, muy a gusto, cuesta abajo y con sombra… hasta el cruce en el que hay que decidir si seguir hasta Viu o bajar un poco para ir a Senz. La votación es unánime y clara, bajamos a Senz a comer bocatas, sardinas y frutas, y a beber dos botellines de trago y llenar camelback y botellín otra vez…
En Senz no hay casi nadie, un par de señoras mayores a la sombra, alucinando con los extraterrestres que van sobre dos ruedas y un señor que nos vigila disimuladamente mientras mira entre los troncos de su jardín. Arrancamos por donde hemos venido y subidón carretero hasta Viu, donde acaba la carretera, pero no la cuesta arriba… todavía queda mucha pista, por la parte trasera de la Peña, son bastantes kilómetros de subida, con algún descansito para volver a llenar el camelback y el botellín (y van 3) en el refugio de las Neis, justo en el collado de Cullivert, y otro tramo de sendero a la sombra, para volver a coger la pista y terminar la subida en la Collada de Ceresa, a 1500m de altitud, a la sombra y al lado de otra fuente. Sitio perfecto para comer algo, por ejemplo, la lata de sardinas que se pimplan Javier, Elias y Joxemi!!
Volvemos a la cara sur de la Peña para iniciar el descenso por un sitio que pone “Megavalanche” y comentando con Elías, no me imagino a 100 tíos a toda leche bajando por un sendero de medio metro… es un sendero muy largo, que pierde desnivel muy lentamente, con algunas subiditas incluidas y tramos con piedras grandes. A ratos zonas de escorrentía, con el lado derecho expuesto y un paso que hay que hacer a pie, en resumen, una bajada para disfrutar, pero por la que hay que ir concentrado, los escalones acechan… jaja!
Este sendero nos deja en Oncins, donde llenamos por última vez el camelback y el botellín, comemos algo y nos tiramos buscando Torrelisa, camino de Ainsa. Este tramo es de bajada casi continua, con algo de piedra suelta y mucha piedra grande agarrada al suelo, de las que hay que pasar sin pensar y sin frenar, con algún escalón juguetón y alguna zona de marga suelta y rota, parecido a las dunas del desierto, pero de piedrecillas. Todo excepto el último par de kilómetros, que son de pura marga 100%, con aspecto lunar y ponen colofón a la ruta (que yo me salto y hago por carretera, me falta concentración y me sobra cansancio) que termina en Ainsa, en el punto donde hemos empezado, cansados pero con una sonrisa de oreja a oreja. Rutón! Al final 82 kilómetros en 10 horas (8 y media en movimiento).
Hoy no madrugamos, nos levantamos a las 8 y desayunamos tranquilamente en el buffet del Hotel, todo muy rico, nos vestimos de romanos, sacamos las bicis del garaje del hotel y arrancamos!! Hoy toca la ruta 6, que está balizada así que nos olvidamos del GPS.
Salimos del hotel cruzando el puente del río Cinca y subimos por carretera al casco viejo de Ainsa, para cruzarlo y salir por la muralla oeste por la pista que nos lleva a la Cruz Cubierta, bajadita rápida y breve y vuelta a subir, pero esta vez subida larga, por pista, para superar los primeros 300m de desnivel hasta el Tozar de Castellar desde donde empieza la primera bajada del día, la llamada bajada de la “Planaermita”, que nos deja en el fondo del Barranco de San Vicente, que estaba seco, y cruzamos para buscar una subida de empujinbike muy trabajosa que nos deja en la carretera a San Vicente, para seguir subiendo por la misma hasta el pueblo de San Vicente, parada técnica para reponer líquidos, sólidos y un pinchazo y seguimos!
Del pueblo sale una pista en claro ascenso que enseguida se convierte en un sube-baja continuo que, cresteando, nos lleva otra vez al Tozar de Castellar para iniciar la segunda bajada del día, la llamada bajada de Cocullón, un poco más corta y quizás más fácil que la anterior, pero igual de divertida, que nos deja en la pista que sube a la ermita de Santa Cecilia.
Desde ahí empieza la tercera y última bajada del día, y del fin de semana, la bajada de Mayorcas. Bonita bajada que nos deja en la carretera A-138 que une Labuerda con Aínsa, últimos kilómetros por carretera y listo, se acabó lo que se daba!
En general terreno menos exigente que ayer, bajadas más asequibles y bien resguardadas del sol ya que todas discurren entre árboles y que creo que nos han resultado más agradables que las de ayer (menos a Elías, seguro!) por su menor dificultad y, sobre todo, por nuestro menor cansancio.
Meter las bicis en la furgo, duchita, buenos bocatas en el Mesón, botella de agua para el camino y carretera!!
- Digno de ver lo que es capaz de subir y de bajar el señor Bermejo encima de la tanqueta Dawg, impresionante.
- El mitosyl en cantidades industriales fue la salvación de un par de culos, o tres. Buen descubrimiento.
- Doy fe de que una persona se puede deshidratar habiendo bebido más de 7 litros de agua… y de que si te deshidratas y llevas lentillas, se te pegan al ojo y no ves nada!
- Creo que tardé 15 segundos en pasar de estar despierto a entrar directamente en fase REM.
- Las únicas incidencias mecánicas de todo el finde fueron una cadena partida y un pinchazo, es decir, nada de nada.
- Las únicas incidencias físicas de todo el finde fueron pequeñas caídas sin importancia, un par de pájaras bien remontadas, un dolor de cabeza misterioso y la rodilla de Javier que aguantó perfectamente.
- Alojamiento en Ainsa: Mesón de l’Ainsa muy recomendable, precio ajustado, trato excelente y detalles que marcan la diferencia. Buena elección Sheriff!
Beti bezala, nekatuak baino konten!!