21 de octubre, Latitud: 42°34′08″ N, Longitud: 0°32′59″ O , Altitud sobre el nivel del mar: 827m, 7:00 am toca el despertador y como un resorte pasamos de posición horizontal a vertical, hay movimiento en el entorno y huele a café, meadita de rigor y a desayunar con el bárbaro de la kona (que monta Santa Cruz) y el de las ruedacas gordas, que hay que coger energía para intentar llegar dignamente y sin arrastrar la lengua…
La ruta de hoy parece un trabalenguas: Ruso, Raca, Truchas, … encima de dar pedales hay que agilizar neuronas.
Lo dicho, en la furgo hasta el Puente del Ruso, nos vestimos de toreros y empezamos a pedalear por la carretera, objetivo Astún. El frío se pasa enseguida y al llegar a la estación de ski dejamos el asfalto y empieza la subida por pistas. Oiga, curioso el asunto este de ciclar por sitios que en otras ocasiones han sido de bajada sobre tablas, es una especie de cortocircuito mental.
La subida no es dura, pero es cuesta arriba, y poco a poco vamos ganando metros. En un momento dado nos desviamos de la ruta original para ir a ver los ibones de Escalar, primero y el de Truchas después (bón es el término en idioma aragonés usado para los pequeños lagos de montaña de origen glaciar). Increíbles vistas rodeados de colosos de piedra, tranquilidad total y buena compañía. Suena bien, no? Jaja
Tras la visita geocultural volvemos a la ruta inicial y continuamos la subida hasta el punto más alto de la ruta, La Raca, 2278m. Parada a contemplar el paisaje y a comer un poco, charleta, cambio de impresiones, otra miradita a los colosos que nos rodean y ale, todo pa`bajo!!
La bajada creo que podríamos dividirla en 3 secciones.
Primera sección: Es un tramo relativamente corto y muy empinado, de hierba y tierra, con agarre de sobra pero muy roto. El principal atractivo de este tramo son las vistas, sin duda.
Segunda sección: Esta parte de la bajada es muy interesante por ser todo sendero y por la interminable sucesión de zetas que hay que hacer para ir bajando metros. La ladera es impresionante y el paisaje va cambiando hasta llegar al bosque. Generalmente son curvas muy cerradas en las que hay que afinar mucho y tener cierto control sobre la bicicleta para hacerlas montado, a mí me tocó sacar el pie en muchas ocasiones. Técnicamente no tiene más misterio aunque hay que andar atento a los pedruscos que salen del suelo, yo no ví uno y me llevé de regalo una voltereta de libro. Por cierto, ojo, las piedras traicioneras y los desviadores traseros no se llevan muy bien…
Tercera sección: Para mí la parte más divertida. Ya nos hemos metido en el bosque y la sombrita ayuda a que el terreno esté menos seco. Buena sucesión de senderos divertidos y como colofón a la bajada hay un tramo preparado por alguien que sabe de esto, no sé por quién, la verdad, pero un OLE muy grande para los o las que hayan metido mano aquí. Muy buenos peraltes, sendero limpio, rápido y con un par de saltitos, que yo ni intenté (sí, soy un caganet!), para terminar la bajada con una sonrisa de oreja a oreja y los discos bien calentitos.
Y esto es todo amigos!!
Recogida de material en la furgo y nos acercamos a Villanúa a comer, comida muy rica y bien merecida. Duchita en la base de operaciones y vestidos de domingo vuelta a casa.
Una vez más, y no por ello menos importante, ESKERRIK ASKO EKIPO!!
Beti bezala, nekatuak baino konten!!