El track original arranca más adelante pero nos quitaría el último tramo hasta Barós, así que nosotros arrancamos del pueblo y por una pista enganchamos con el track original en la carretera que sube hacia el collado de Peña Oroel.
A partir de aquí vamos todo el rato por la derecha de la carretera, por una senda muy marcada y bastante ciclable, con sus repechos importantes pero bastante llevadera en general, aunque va gastando energía… Esta senda va dándole la vuelta a Peña Oroel para enseñarnos su cara sur, por donde más tarde pasaremos.
Hay un momento, tras una bajada sencilla, en el que enganchas con la carretera unos metros para cruzarla y meterte por una pista que se nos va enseñando la subida así que paramos en un abrevadero a cargar agua, hoy hace muchísimo calor y la vamos a necesitar, bueno uno no, eso es eficiencia energética e hídrica, una almendra y 5 ml de agua le valen para hacer 50 km a 50ºC. Sobrehumano!!
Tras el abrevadero empieza a empinarse la pista, todo muy llevadero viendo caballos y vacas, a rato sol a rato sombra y con tiempo para hablar y reírnos un rato llegamos a las rampas que nos indican que las bromas se han acabado y que hay que ganar altura para poder bajar. Ale, ánimo!!
Las primeras rampas son bastante empinadas y el suelo es de canto rodado, por lo que hay que ir con el culo bien pegado al sillín para intentar sacarlas montados, se nos resiste algún tramo pero subimos casi todo (algún extraterrestre sube todo) montados hasta que desaparece la pista y empieza el sendero.
De aquí para arriba sálvese quien pueda, mucho rato de pedaleo-empujinbike bordeando la montaña por su parte este y aprovechando a disfrutar de las vistas cuando la vegetación lo permite. Paradita en una especie de minicueva sombría y con agua que se agradece un montón y continuamos hasta la ermita de la Cueva, aquí reside la mundialmente conocida Virgen de la Cueva, quién no ha cantado de txikis “Qué llueva, qué llueva, la virgen de la cueva…).
Volvemos al sendero y queda el último tramo hasta el collado, este sí que es todo de empujinbike a la solana, con calma llegamos al collado entre la cara norte y la sur. De aquí sale el sendero que va a la cruz de Oroel, la cima, muy recomendable por las vistas pero que yo no hago, voy un poco fundido y encima se me ha roto la zapatilla. Toca recuperar un poco y asegurar la suela con bridas mientras Elías va y vuelve, nada, en un pis-pas aparece y continuamos.
Ahora toca crestear hacia el Oeste entre cojines de monja hasta el inicio de la bajada de la senda de los lobos. El tramo de cresteo es casi llano pero se hace un pelín ratonero por los arbustos y que las patas ya no están para jotas!
Empieza lo bueno!! Bajadón, muy chulo, por bosque, a media ladera y con sombra. 3 kilómetros hasta la pista del Parador. Quitando los primeros 10 metros creo que todo ciclable y se nota que alguien ha metido mano aquí, está todo muy limpio y el único obstáculo gordo, un tronco de un metro de diámetro, tiene hasta agarraderas para pasarlo. Mucho y muy bueno el trabajo realizado por los locales, zorionak!!
Una vez en la pista, sólo hay que cruzarla y continuar la bajada hasta Barós. Totalmente distinta a la primera parte, 2 kilómetros de pedregal con tramos de tubo en el que lo más divertido es ir de lado a lado por las paredes. Muy divertida y muy rápida, andar con ojo.
Una vez en Barós sólo hay que coger la carretera que lleva a Jaca, es una bajada por carretera sin ningún interés pero que la agradezco como si fuese oro!! Estoy en la reserva, jaja!! Entre Ratboy que no tiene fin y el quejica de Javier, que tiene chicha para dar y regalar…
Llegada a Jaca y a comer, duchita y vuelta a Lesaka, sin caídas ni averías. Así da gusto!
Una vez más, y no por ello menos importante, ESKERRIK ASKO!!
Beti bezala, nekatuak baino konten!!
P.D. Bocata, heladito, café y una buena cervecita helada son el premio de hoy, buenas viandas y mejor compañía hacen que todo sea ideal. Lo único negativo, tener que verle el culo a Pitxitxi, que si lo tiene rojo, que si lo tiene a cuadros… mitosyl, jaja!!