Eran las 5 de la mañana, un seminarista, un obrero…
(Música de Juan Luis Guerra: OFF)
Efectivamente, a las 5 suena el despertador y entre sueños saco un pie de la cama, arrastro el otro y por contrapeso natural caen ambos al suelo y me quedo sentado en la cama, me termino de despertar y tras comprobar el material, desayunar y vestirme de romano, salgo a la calle, que he quedado a las 5:45 con Unaitxo.
Llega puntual, montamos la bici, las mochilas y vamos a la gasolinera en busca de Elías y Joxe. Arrancamos hacia Huesca un poco antes de las 6:00 y tras parada a tomar café y susto con 3 “sus scrofa” (jabalís para la mayoría), llegamos a Apiés hacia las 9:30.
No hace excesivo calor y entre cambio de calzado, revisión de bicis y demás, sigue la duda de si llevar camiseta larga o hacer caso a la previsión meteorológica, que indica que se alcanzarán los 28 ºC. Ale, a lo loco!! Al final fue un acierto ir de corto, como cascaba el Lorenzo…
Arrancamos alrededor de las 10:00 con muchas ganas, y yo con un poco de miedito, que hace 2 meses que no toco la burricleta…, y empieza una subida por carretera, de unos 8 km, hasta el salto de Roldán. Yo ya voy calentito, pero las vistas empiezan a superar las expectativas. Un poco más adelante del parking del salto de Roldán cogemos pista, la que originalmente tendríamos que seguir en la ruta original, y enseguida la dejamos para coger un sendero que sale por la derecha, mucho más divertido y que nos regala la primera bajada guapa del día. En un tramo muy pedregoso de la bajada hay una piedra que, desde lejos veo que me mira mal…, según me voy acercando pone peores caras y yo voy frenando pero ella es más rápida que yo y muerde la rueda trasera, llantazo y psssssssssssssssssssssssst! Ala, a cambiar cámara, empezamos bien…
Tras el parón continuamos por el sendero disfrutón y tras una pequeña subida llegamos hasta el Dolmen de Belsué y disfrutamos de esta joya histórica, además le falta un lateral y se ve el interior, es curioso, muy curioso. Aprovechamos para comer algo y continuamos, es bajada así que a DISFRUTAR!!
Es un sendero muy chulo, con poca dificultad técnica, que va encajonándose y nos regala unas vistas majestuosas de los acantilados de Cienfuens. Buff, que verticales son estas paredes, ideales para lo que las usan unos habitantes locales con muy mala fama y un vuelo espectacular, los buitres anidan en sus recovecos por su inalcanzable situación. Precioso.
En el punto más bajo empieza un camino paralelo al cauce del río, atravesando túneles excavados en la roca, seguramente por los que hicieron el embalse, una forma un tanto antiestética de intentar asegurar el agua durante los meses menos húmedos de hace unas décadas. Camino que continuamos de cháchara y que nos lleva a bordear el embalse por su lado oeste hasta un puente que cruzamos a la altura de la Casa del Romeral para, entre campos de cultivo aparentemente abandonados y pistas sin uso, empezar la subida larga del día hasta el collado del Pico del Águila. Serán 8 km de subida muy llevadera, sin rampas de mucho desnivel, por pista bastante rota y con el señor Lorenzo pegando fuerte, para alcanzar los 1400m de altitud. Hay un punto en el que hay que andar con cuidado ya que si no estamos atentos seguiremos la pista más evidente y no subiremos al collado, volveremos al salto de Roldán. Es la pista que en la ruta original viene desde el susodicho salto hasta donde nos encontramos para subir al mismo collado. Atentos, que el desvío no es muy claro.
Una vez arriba, beber un poco de agua, comer algo más y, tras disfrutar de las vistas y fotitos varias, empieza la bajada. Eeehh! Media vuelta. Qué pasa?. Es que… hay un saltito, jejeje. Hay que coger un poco de carrerilla… Egurra!
Es una bajada con piedra suelta y alguna zanja de agua, sin demasiada complicación técnica (para que lo baje yo, calculad…) y bastante fluido. Es muy divertida y bastante larga, las paradas son para reagruparnos y para que descanse el que va encima de la bici, ella aguanta esto y más! La bajada termina en la pista que nos deja en el Salto de Roldán, parada obligada en el mirador para comer algo y volver a disfrutar de las vistas, además de sacar alguna otra fotito. Qué bien va el día!
Nos preparamos para continuar y disfrutar de la última bajada de la ruta. Seguimos la carretera y a los pocos metros sale un senderito a la izquierda, es el camino bueno. Este tramo es más técnico ya que tiene alguna zona un poco expuesta y bastantes escalones, pero igualmente disfrutona, yo me lo paso como un enano, y eso que voy fundido… Nos llama la atención un capó de un coche al lado del sendero, buena galleta se debió de dar. Entre saltitos, escalones y equilibrios toca reagrupamiento y al levantar la vista… Oh! La Peña de Amán y la Peña del Fraile nos miran, majestuosas. Increíble la vista desde aquí de las dos moles que forman el Salto de Roldán. Preciosas vistas y buena compañía.
Terminamos la bajada cruzando un campo de cultivo y por pista volvemos a Apiés. Rutón, para mí RUTÓN, sí, con mayúsculas. Hemos acertado, subidas tendidas para mi falta de forma y bajadas bonitas y adecuadas a mi nivel básico.
Recogemos las burritas y a comer. Unas risas, un café y Unaitxo y yo nos volvemos al pueblo, Ratboy y Joxe “Semenuk” a Aínsa a dormir, mañana les toca Benasque y pasado Morcat. Estos son de otra pasta!
Beti bezala, nekatuak baino konten!!
P.D. Queda pendiente un vídeo que estoy editando un poco "chapuceramente"...